Los mitos más peligrosos sobre abrir un restaurante

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He perdido la cuenta de cuántas veces he escuchado a alguien decir que sueña con abrir un restaurante. La idea suena atractiva: Tener un lugar propio, servir comida deliciosa y vivir de algo apasionante. Pero entre la ilusión y la realidad hay un abismo que pocos consideran hasta que ya es demasiado tarde.

Lo cierto es que muchas personas entran en la industria gastronómica con ideas erróneas sobre cómo funciona el negocio. Creen que basta con tener buena comida, que las ventas cubrirán los gastos desde el día uno o que si algo funciona en otra ciudad, funcionará en cualquier lugar. Estos mitos no solo generan expectativas poco realistas, sino que también llevan a muchos negocios al fracaso en sus primeros meses.

Hoy vamos a desmentir algunas de las falsas creencias más comunes sobre abrir un restaurante y a mostrarte la realidad que debes conocer antes de dar el primer paso.

1. “Si la comida es buena, el restaurante va a llenarse solo”

Muchos restauranteros creen que su comida es tan buena que no necesitan hacer mercadeo. “El boca a boca traerá clientes”, dicen. Pero la realidad es que, en un mundo donde la gente está bombardeada de opciones, la comida es solo una parte de la ecuación.

Un restaurante sin estrategia de marketing es como un excelente libro sin distribución. Puedes tener el mejor producto, pero si nadie sabe que existe, no venderás.

Los restaurantes exitosos combinan calidad con visibilidad. Usan redes sociales, crean experiencias memorables y construyen relaciones con los clientes. Porque si no lo haces tú, lo hará tu competencia.

2. “Es un negocio seguro porque la gente come todos los días”

Sí, la gente come todos los días. Pero eso no significa que comerán en tu restaurante.

El problema con esta creencia es que ignora un factor clave: La competencia es feroz. Hay miles de opciones de comida, desde otros restaurantes hasta supermercados, delivery, comida casera o incluso tendencias como el ayuno intermitente que reducen la frecuencia con la que la gente come fuera.

Abrir un restaurante sin una propuesta clara y diferenciada es como lanzar un mensaje en una botella al mar. Sin estrategia, tu negocio será uno más en una lista interminable de opciones.

3. “Tener un restaurante es fácil, solo se trata de cocinar bien”

Este es el mito que más frustra a los nuevos dueños de restaurantes. Piensan que si pueden hacer platos deliciosos, todo lo demás fluirá solo. Pero abrir un restaurante no es solo cocinar: Es dirigir un negocio.

Un restaurante mal gestionado puede perder dinero aunque sus platos sean increíbles. Si no controlas costos, nómina, inventarios y márgenes, cada venta puede significar una pérdida.

Los mejores restauranteros no solo son buenos en la cocina, sino que entienden de negocios, servicio al cliente y estrategia.

4. “Si veo un concepto que funciona en otro país o ciudad y lo traigo, será un éxito seguro”

Este es un clásico. Alguien viaja, ve un restaurante lleno y piensa: “Si esto funciona aquí, seguro funcionará en mi ciudad”. Y sin investigar más, decide replicarlo.

El problema es que cada mercado es diferente. Lo que funciona en una ciudad puede no tener sentido en otra. Los hábitos de consumo, la cultura gastronómica y hasta el clima pueden hacer que un concepto exitoso en un lugar no tenga la misma recepción en otro.

Antes de apostar todo por una idea “importada”, haz un estudio de mercado serio. ¿Existe realmente demanda? ¿Hay competencia fuerte? ¿Alguien ya lo intentó y fracasó? No asumir esto es una de las maneras más rápidas de perder dinero en la industria gastronómica.

5. “Puedo abrir un restaurante con muy poco dinero y la misma venta lo mantendrá”

Esta es, sin duda, una de las principales razones por las que tantos restaurantes cierran en menos de un año. Muchas personas piensan que con solo invertir en lo mínimo necesario podrán abrir y que, con lo que vendan, pagarán los costos mes a mes. Pero la realidad es que un restaurante necesita capital operativo para cubrir los primeros meses en los que aún no se generan ganancias.

Sin suficiente capital de respaldo, los problemas aparecen rápido:

  • No hay dinero para pagar proveedores a tiempo.
  • Se recorta presupuesto en marketing, lo que afecta la captación de clientes.
  • Se contrata poco personal, generando mala experiencia de servicio.

Los restaurantes que logran consolidarse son los que entienden que no solo se trata de abrir, sino de sostenerse mientras el negocio despega.

6. “Voy a ganar dinero desde el primer mes”

Abrir un restaurante no es como prender un interruptor de ingresos inmediatos. Durante los primeros meses, es normal que las ventas no sean lo suficientemente altas para cubrir todos los costos fijos, y menos para recuperar la inversión.

Los tiempos de recuperación de inversión varían según el modelo de negocio:

  • Restaurantes casuales y de comida rápida: 12 a 24 meses.
  • Restaurantes de alta cocina: 3 a 5 años.
  • Dark kitchens y modelos solo delivery: 6 a 18 meses.

El error está en no prever esta curva de tiempo. Si no tienes un plan financiero realista, la ansiedad por no ver ganancias inmediatas puede llevarte a tomar malas decisiones: subir precios sin estrategia, recortar calidad o cerrar antes de que el negocio tenga oportunidad de crecer.

Conclusión: Abrir un restaurante sin entender la realidad es jugar a la ruleta rusa

El mundo de los restaurantes es apasionante, pero también desafiante. Muchos negocios fracasan porque sus dueños entran con expectativas poco realistas.

Si estás pensando en abrir un restaurante, la mejor decisión que puedes tomar es informarte bien, hacer un plan sólido y entender que el éxito no ocurre por casualidad.

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@Voleo 2024